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15 Pero cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vieron que hacía cosas maravillosas, y que los niños gritaban en el templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron.

16 ―¿Oyes lo que esos están diciendo? —protestaron.

―Claro que sí —respondió Jesús—; ¿no habéis leído nunca:

»“En los labios de los pequeños
    y de los niños de pecho
    has puesto la perfecta alabanza”?»[a]

17 Entonces los dejó y, saliendo de la ciudad, se fue a pasar la noche en Betania.

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Footnotes

  1. 21:16 Sal 8:2